martes, 14 de agosto de 2018





LOS ESCRITORES DE LIBROS.
Prólogo y Capítulo I


                                                                           Prólogo

Esta historia trata de Ranku en su madurez, como un Maestro reconocido, si estás leyendo La Saga de Ranku, sabrás muchas cosas del futuro de Ranku joven, si no quieres adelantarte, sigue La Saga que nos lleva de la mano a conocer la vida de Ranku niño a Ranku adulto.
Esta Epopeya inicia en el año 575 D.G.G. Después de la Gran Guerra.
Una Guerra que causo la desaparición de  la mayoría de los países del mundo.   Por supuesto los causantes fueron los intereses económicos de las llamadas  superpotencias, que fueron las primeras en desaparecer del mapa; y la tierra donde habitaban, aún está en fase Naranja de radioactividad, es decir se puede viajar por sus terrenos, ríos y mares pero nada crece ni vive  aún ahí, ni los cálculos más pesimistas pensaron en la duración tan larga de la Radioactividad.  Y algo que muy poca gente sabía es que el EPM (Impulso Electromagnético) iba a afectar a  las líneas ferroviarias y eléctricas, que se convirtieron en conductores de la destrucción. Todo aparato eléctrico o electrónico quedó frito, aún a más de 100 kilómetros  de las vías o de las torres de electricidad.
Se lanzaron un millón de veces  más Megatones, que en la primera bomba en Hiroshima Japón en 1945. Más de seis mil millones de seres humanos murieron ese día.  Y la mitad del resto murió en el lapso de 6 meses.                                                                                                                                      
Durante más de 31 años la penumbra fue un diario amanecer para humanos y animales.  Los que sobrevivieron, consumieron lo que había en las tiendas, mercados y depósitos abandonados, nada se produjo y los pocos animales que sobrevivieron fueron cazados o murieron de hambre, muy pocos quedaron y de muy pocas especies.
Siete zonas que no recibieron impactos directos o nubes radioactivas estacionarias, mantuvieron la vida en el planeta, en condiciones infrahumanas, el conocimiento sobre muchas cosas se perdió, las armas, las máquinas, la tecnología electrónica, la cultura, las artes, la educación, desapareció. Las ciudades fueron abandonadas.
      En el año 31 DGG* 11,000 días después, llegó el primer amanecer, para muchos seres humanos, animales y plantas. La mayoría no conocía el sol. Pero ese día se disiparon las nubes.
    Poco a poco encontraron que si la unión entre ellos mejoraba.  Las posibilidades de sobrevivir  aumentaban  primero construyeron aldeas, que se volvieron pueblos, pueblos que se convirtieron en ciudades. Las máquinas y armas los más radicales destruyeron y los más sensatos los libros acumularon.
  La lucha duro centurias, hasta que el mundo encontró su equilibrio, los libros se mantuvieron, se catalogaron, se restauraron, la educación inicio de nuevo, con un enfoque distinto, donde importaba más el bien común, que la riqueza de unos cuantos.
La lección se había aprendido y con ese bienestar apareció “El Don”. La habilidad que tenían algunos para recopilar las historias perdidas en los años, en los siglos y aún en los milenios. Esto permitió a la humanidad acceder a un bienestar social y personal más auténtico, que el que existió en él pasado, basado en la tecnología y el consumismo. 
El Don también se presentó de diferentes maneras, Meditación Trascendental, Profecía, Telequinesis, Escritura Automática y otras más difíciles de detectar
Pero en este año que señalamos, la situación está por cambiar, si los anquilosados Tiranos de Oriente logran, sus planes completar, sobre las provincias que viven en paz.






Solo siete Provincias prevalecieron:    Las Zelandesas, Las Orientales, Las Africanas, Las Arábigas, Las Americanas del Centro y las del Sur y La Cima.




                           CAPÍTULO I
                   Ranku
Sobre un escritorio inclinado muy sencillo,  que solo constaba de una tabla grande inclinada sobre una base de 2 tablas unidas por un travesaño y un tintero con cálamos de diferentes tamaños, se veía a una mujer menuda, joven aún sin arrugas visibles, pero con el cabello completamente blanco, vestida con una túnica muy sencilla, blanca por completo, haciendo juego con su pelo, solamente una banda azul en su brazo indicaba su rango y  que con mucha gracia escribía sobre una hoja de pergamino de excelente calidad.
 De hecho la elaboración de hojas de pergamino estaba muy avanzada, y había una gran factoría encargada de hacer miles de estas hojas y sus tapas más gruesas, con las que se formaban los libros. Hechas con las mejores maderas y talladas bellamente.
Caminando con pasos cortos y veloces, llego Elda, una agraciada jovencita, baja y delgada pero rubia y hermosa, con una túnica blanca también, pero con una banda amarilla en el brazo, que indicaba que era escritora del recinto, hizo una reverencia con la cabeza y dijo:
      ¬Domini,  ya estoy de vuelta.
     ¬Elda, que gusto para mis ojos verte de nuevo en este recinto.
   ¬Ya era hora Domini, las vacaciones no son para mí, cientos de historias acudieron a mi mente y  aunque trate de anotarlas,  desgraciadamente algunas se perderán.
     ¬Es imposible para ti y para otros con el Don, no perder historias a lo largo de los años, lo importante es hacer tu lista de lo que va llegando a tu mente y luego,  tratar de evocarlas en el recinto y empezar a escribir, hasta agotarla y seguir con otra,  tratando de no morir en el intento.
     ¬Lo sé Domini, pero no deja de ser desalentador. 
     Pero cambiando de tema, es urgente aprobar la última remesa de pergaminos, que envió la factoría. Está en la carreta y a las puertas, ¿Quién está revisando en este periodo?
    ¬Por favor dile a Zuli que él lo revise personalmente, es quién mejor lo hace, se va a molestar, pero dile que yo te lo pedí.
    ¬En seguida Elda hizo una leve caravana que fue correspondida, salió del despacho de la Domini, saludó a los guardias y empezó a caminar dentro del recinto bajando niveles en una espiral que parecía interminable, con libreros curvos adaptados a la  espiral central y externa, de casi cuatro metros de altura,  después de casi 500 metros de camino, donde no había un espacio donde poner un libro más, con una luz mortecina pegada a la pared y parpadeando estaba Zuli, un hombre de color, de raza Zulú alto y con la cabeza rasurada y banda verde en el brazo, que indicaba que era Superintendente, estaba curando un libro.
      ¬Superintendente Zuli, no es malo para tu vista trabajar en este nivel, mientras no arreglen las luces.
    ¬Se volteó con un deje leve de enojo, que cambió en cuanto vio a Elda.
   ¬Elda, que gusto, pero hay una razón para estar trabajando, este es un libro muy controversial, y es mejor no mostrarlo a los novicios, ni a otros ojos indiscretos.
     ¬Disculpe Superintendente. ¬ Olvídate, aquí abajo y en casa de los títulos, solo Zuli para ti.
    ¬Zuli, la Domini me ha pedido que acudas a revisar el último pedido de pergamino, que está llegando, ¬ ¿Dijo, Porque yo?, ¬Porque eres el mejor,   según supe hubo problemas la vez pasada ¬ Sí, llegaron unos pergaminos contaminados y solo porque estaba yo en la puerta y olí el moho que empezaba a formarse en un paquete,  no entraron al recinto. ¬ ¿Lo ves?, por eso quiere que lo revises tú.
     Dejo el libro en reparación cubierto por una tela, tomo por los hombros a Elda donde se veía su banda amarilla y le dijo, ¬Acompáñame, tú me vas a suceder pronto en esta labor, Elda se sonrió y camino con pasos cortitos pero rápidos, para caminar al paso que a Zuli le gustaba llevar.
     Mientras en la puerta inmensa del frente,  de dos hojas hechas de roble, que resguardaban la aldea. Colocada estrategicamente entre 2 muros de piedra natural que rodeaban la población hasta los Riscos, que funcionaban como murallas protectoras. Un hombre de tipo oriental con algo que semejaba un sombrero cónico amarrado en la barbilla y un saco burdo colgado en la espalda, tocaba la puerta con su bastón y esperaba respuesta, después de varios toques, alguien se asomó por una atalaya.    
    ¬ ¿Asunto?, pregunto, un soldado con casco de hierro y una gran pica en la mano, Con tipo de soldado inglés del siglo XIII ¬Buenos y mejores sean sus días, dijo el oriental al soldado, Vengo a ver la Gran Librería. ¬ ¿Cuál librería?, aquí no vendemos libros. ¬Perdón pero mi hablar en lengua común es limitado. Por favor anuncie a la Domini que Wu Tan me envía, yo soy Ranku.
¬Espere ahí, veré quién lo puede atender, Las visitas a nuestra Domini están muy restringidas. Le agradecería si me dejara pasar, pues unos ladrones me vienen persiguiendo.  Ranku hizo una reverencia y se sentó en el suelo con las piernas cruzadas. Aun así se notaba la fuerza de sus miembros y su torso, su rostro mostraba al mismo tiempo amabilidad y una resolución a toda prueba. El soldado mandó a alguien y le abrió una puerta pequeña disimulada en la roca, pasó a Ranku y la cerró tras de él, al poco rato salieron unos 10 soldados armados y montados a caballo. ¬ ¿Dónde los vio preguntó uno de ellos?  ¬ Cerca de la posada, uno de ellos es oriental como yo y traen ballestas.  Los soldados salieron de La Cima a toda velocidad.
Al poco rato llego Ashi, una Superintendente dedicada al  protocolo y se dirigió a Ranku: ¬Maestro Ranku, es un honor tenerlo en La Cima, el Doctor Wu Tan nos escribió respecto a su llegada y su objetivo, pero pase le mostraré sus aposentos, soy Ashi, ¬Espero que no sean muy lujosos.   ¬ No se preocupe, le decimos aposentos, pero es un cuarto muy sencillo. ¬Será suficiente, gracias. Dijo con una caravana sencilla con la cabeza.
   Ashi luciendo su banda verde, le mostró el camino a su cuarto mientras le decía lo que iban observando esos son los establos, junto los cuarteles, por aquí vamos a las habitaciones,  al fin llegaron a el cuarto, era  un lugar con todas las paredes pintadas en blanco, con una gran ventana que daba a un jardín espectacular,  con una chimenea, que se encontraba apagada siempre en esta época del año, aunque el cuarto solo tenía una cama impecablemente tendida, y también un buró, un escritorio con papel tinta y varios cálamos, un pequeño ropero, en el cuál le mostró cobijas y almohadas, ¬Solo en caso de que las necesite, ¬ No lo creo dijo Ranku con una sonrisa, ¬el clima es muy benigno en esta época del año,  ¬ los baños están en este pasillo y la comida se sirve al oír la campanada. ¬Le agradezco mucho sus atenciones, ¿Cuándo cree que me podrá recibir La Domini?  ¬Probablemente se presente con usted en la comida, para conocerlo y agendar una reunión  formal.
Al irse Ashi, Ranku desenvolvió su pequeño petate, que solo contaba con un envoltorio que tenía un viejo libro, una túnica limpia color azul, unas chanclas limpias de piel, plumas, tinta, papel, un poco de yesca, una pequeña navaja, un pedernal, 2 manzanas y unas nueces que quedaron de su última comida, las colocó en un plato que estaba en su mesita de noche, busco velas o algo parecido y solo encontró una media esfera del tamaño de su puño y pegada a la pared, puso la mano encima para tocarla y una luz parpadeó, quitó la mano y el brillo se fue, intento frotándola y la luz fue aumentando y cuando la dejó de frotar, la luz permaneció encendida en un color ambarino casi amarillo.
Se llevó la túnica azul, las chanclas y se dirigió a los baños, había señales que lo guiaban, aunque no hablaba con perfección la lengua común, escribía y leía perfectamente, se encaminó al baño de los hombres, cuando llego a la puerta sintió la oleada de calor, lo que le trajo una sonrisa.
 Llevaba 4 meses sin agua caliente, entró y vio los letreros encima de cada piscina, agua caliente, agua tibia, agua fría, había varias personas en las piscinas de los extremos, por lo que se decidió por el agua tibia, algunos voltearon a verlo y comentaron entre sí, no sabía si se podía bañar desnudo o que era lo adecuado, cuando se le acercó un joven de unos 16 años en túnica amarilla y con una toalla en los brazos y sin ninguna cinta distintiva, se dirigió a él: ¬Maestro Ranku: soy Rul, me mandaron a orientarlo,  Ranku hizo una pequeña reverencia y suspiró, ¬que gusto conocerte Rul y en el momento más oportuno, ¬¿Si quiere bañarse con jabón? Lo hacemos en las tinas de atrás, hay una lista para usted, después podrá venir y relajarse a las piscinas y le recomiendo usar la fría al final.
Se recostó un rato en la tina humeante, disfrutando como cada poro absorbía el calor y sentía como le escocían las ampollas, recorriendo mentalmente como había cruzado medio mundo para llegar ahí, y como se sentía la paz, con solo cruzar la puerta de La Cima, la mitad de sus angustias se acabaron.
Desde que salió de la Provincia Oriental, [Lo que habían sido Tailandia, Malasia, Indonesia, Myamar y todos los pequeños países de alrededor, cuya capital era Timor ], había tomado 6 barcos, montado a caballo 1,100 leguas y quién sabe cuántas más a pie, se había extraviado, lo habían asaltado y gracias a su dominio de las artes marciales e imaginación había llegado sano y salvo y con el libro intacto, sin una moneda, pero El Libro a salvo, la mitad del viaje lo había completado.
Se froto con jabón y estropajos más de 5 veces y no quería desaparecer la mugre acumulada de seis meses de viaje. Una vez que se sintió limpio, se puso la toalla alrededor de la cintura y se encaminó a las piscinas, y al pasar por un espejo no sé reconoció se había avejentado como 10 años y había adelgazado otros tantos kilos,  cuando Rul se acercó para darle otra toalla, notó los moretones y heridas que había acumulado, ¬Maestro Ranku, ¿Qué le pasó, porque tiene tantas heridas? ¬Son las marcas de las leguas que he recorrido Rul.¬ No se vaya a meter al agua caliente, ahora le perjudicaría en vez de beneficiarlo, de haberlo sabido, lo hubiera llevado a las Casas de Sanación, ahí también tienen tinas y le hubieran recomendado la adecuada¬ No te preocupes, me meteré al agua fría y me vestiré, ¬No importa, le mandaremos a una Sanadora después de la comida. ¬ No será necesario, gracias de todas formas, Ranku se enfrió, se vistió y cuando caminaba por los jardines sonó la campanada que anunciaba la hora de la comida y se dirigió al comedor, ahí lo recibió Elda una mujer menuda, pero hermosa, con el pelo rubio y enchinado, la piel tostada y los ojos verdes, emanaba paz, ¬Hola Maestro Ranku, vengo a nombre de la Domini, le explicó cómo funcionaba el comedor. ¬Usted no tiene que levantarse, cada cocinero pasa con lo que preparó ese día y se espera a que lo pruebe y  le dé su opinión. ¬ ¿Y si no me gusta o esta fría la comida, lo debo ofender con mis comentarios? ¬No, no es una ofensa, es una ayuda para que haga mejor su trabajo, como saben que usted está aquí, algunos se atrevieron a cocinar algo de su Provincia. ¬No era necesario tomarse tantas molestias con un poco de fruta y vegetales hubiera bastado. ¬Maestro Ranku, sabemos del tiempo que le tomó llegar aquí, los correos que avisaban su salida y estimado de llegada, llegaron hace 5 meses, no imaginamos las peripecias y carencias de su viaje, una comida caliente será la mejor forma de compensar las penurias de su viaje, aquí nadie lo juzgara, incluso si come hasta reventar.
Una sonrisa dibujo el rostro de Ranku y agradeció a Elda por sus atenciones, ella lo acompañaría hasta que llegara  la Domini, mientras esperaban que  llegaba la comida, platicaron cosas intrascendentes, ya que él no podía hablar del libro ni de algunos pasajes de su viaje y Elda no podía revelar nada de La Cima sin autorización.
¬Maestro Ranku dijo la Domini haciendo una breve reverencia, es un verdadero placer y alivio tenerlo al fin aquí, me contaron de sus heridas y del tiempo que tomó su viaje, ha de haber sido un verdadero viacrucis. Ranku se paró y dijo: ¬Todo ha valido la pena, con solo ver la paz que reina en La Cima. Dijo Ranku con una pequeña caravana.  ¬ Una paz muy cara, pero todo sea por los libros, la fuente de todo el saber. Ranku hizo una caravana sencilla y tomó ambas manos de la Domini ¬Eso hizo que no me diera por vencido, en todo el mundo se sabe lo que han hecho aquí.
Aquí los libros  importan y el saber se acumula, en un ambiente de paz. ¬Si, dijo la Domine en voz baja, pero mientras más se sepa más peligro corremos,  Ranku asintió con la cabeza. Elda se disculpó y se fue a otra mesa.
Les llego primero una sopa de apio que el propio cocinero con su cinta morada en el brazo les sirvió, La Domini le dijo, ¬Aegeo esta exquisita como siempre, ¬Concuerdo dijo Ranku, A Aegeo se le pintó una sonrisa, hizo una caravana y paso a la siguiente mesa. ¬Que sistema tan original y propositivo para servir, dijo Ranku. El que se califique nuestro trabajo diariamente, nos hace mejorar día a día. Contestó ella ¬Y los que se lo toman a mal, dijo Ranku.¬ Esos se van solos a otras actividades fuera del recinto, es un requisito saber aceptar la crítica y querer mejorar a diario. En cuanto terminaron la sopa les llegó una ensalada de vegetales con frutas y miel, Ranku la probó primero, asintió con la cabeza y después dijo¬ No tengo palabras, es un concierto de sabor para el paladar, ¬Concuerdo dijo la Domini, te luciste Baro la combinación fue exacta, ¬Gracias Domini, Maestro Ranku, hizo una caravana.
Llegó un cocinero con rasgos orientales  y les traía langostinos al curry, Ranku volteó y cuando vio la cara del cocinero le brillaron los ojos,   ¬ ¡Sunan! Gritó y se levantó a abrazarlo, ¬Te dábamos por muerto. Sunan sonrió y haciendo equilibrios con la charola le dijo: ¬Pasaré más tarde por sus habitaciones Maestro Ranku. La Domini que observaba el encuentro, dijo ¬ Sun, ahora si superaste todo lo que habías hecho, esto es un deleite a la vista y al paladar. ¬Pruébelas  Maestro Ranku. ¬Por supuesto Domini, me deje llevar por las emociones, Ranku probó los langostinos tomándolos con las manos y escurriendo la salsa por las comisuras de los labios. ¬Un placer absoluto, te felicito Sunan, te veré más tarde.
Una vez terminados de comer incluyendo un soberbio postre de almendras y chocolate, La Domini se dirigió a Ranku. ¬Maestro, hay algo en que pueda ayudarlo, además del propósito de su visita, ¬Si Domine, hay algo necesito dejar en un lugar seguro, el libro que traje, antes de que lo discutamos, espero que me conceda el favor de hacerlo, lo más pronto posible, ¬Claro Maestro Ranku enviaré a Elda a recogerlo. 
 ¬ Disculpe Domine, no es que desconfíe de Elda, ella es encantadora pero quisiera entregárselo personalmente a usted, ¬No hay problema, tengo todavía 10 minutos libres y lo acompañaré a sus habitaciones a recogerlo. ¬Se lo agradezco mucho Domini, así como el baño, la comida y la compañía.
  Se levantaron y después de agradecer al personal de la cocina por la mejor comida de su vida. Ranku y la Domini fueron hacia las habitaciones de este. El golpe fue tremendo, cuando vieron el cuarto totalmente deshecho, el colchón de paja rasgado, el ropero y demás muebles rotos, Ambos se quedaron callados por un instante y la Domini preguntó¬ ¿Y el Libro? ¬No se preocupe Domine, tomar precauciones, nunca de más. Y empujo lo que quedaba del ropero y con su pequeña navaja escarbó hasta aflojar la baldosa, la levantó y sacó el envoltorio con el libro adentro. ¬ Maestro Ranku,  ¿Qué lo ha hecho sospechar?    ¬la experiencia Domini, ¿Quién recorrería medio mundo para traer un libro que no sea de gran valor?¬ Pero aquí sabemos que todos los libros son preciosos. ¬Y sin embargo hay muchos de ellos restringidos a la gente común. Todo lo prohibido es deseable Domini.
¬Como dice Maestro Ranku, no está de más tomar precauciones, mando a llamar a Zuli,  qué llegó con 2 soldados de escolta, la Domine habló aparte con él y le entregó el  envoltorio, Zuli se despidió con mil disculpas por lo sucedido, que Ranku agradeció, mientras la Domine dio instrucciones para que le dieran otra habitación, mucho mejor y con llave que ella misma le entregó. Él se la colgó al cuello y se despidieron, haciendo una cita para el siguiente día, después de la comida.
Un poco más tarde se oyeron en la puerta unos leves toques,  Ranku se levantó del escritorio, donde escribía una carta para Wu Tan el Rector de la  Gran Biblioteca de la Provincia Oriental, le puso varias hojas encima y abrió con resquemor la puerta. ¬Maestro Ranku, ¿está usted bien preguntó Sunan? ¬ ¡Sunan que bueno que pudiste venir!, pasa siéntate, le colocó la silla frente a la cama y Ranku se sentó, ¬Cuéntame, ¿por qué desapareciste?
¬Te voy a pedir que sea nuestro secreto Ranku, dijo Sunan más en confianza, no salí muy bien de allá. ¬Por supuesto, no te preocupes, veo que dominas muy bien la lengua común, ¬Mis hijos se han empeñado en que así sea, ¬Dime, que pasó,  ¿por qué saliste así; y tu familia?¬ La familia está aquí conmigo y la verdad son muy felices, mi esposa trabaja en la Factoría de pergamino y mis hijos están estudiando para incorporarse al Recinto. Ya era imposible estar allá, sabía que me matarían a mí y a mi familia, tarde o temprano, te lo juro Ranku yo no robé ese libro. ¬ ¿De qué libro me hablas? ¬Cuando salí de La Provincia Oriental, traía el encargo de traer un libro a La Cima  y a unas 100 leguas de aquí nos asaltaron a Fo Wang y a mí, llegué acá solo y sin el libro, por supuesto que no cumplí ninguno de mis cometidos, y en Las Provincias fui acusado de la muerte de Fo Wang y del robo del libro, ¬ ¿Y por qué llegaron a esa conclusión? ¬ Porque los soldados me encontraron unas cuantas monedas de oro encima, que me había dado la Domini para mi regreso. ¬Nosotros nunca supimos de ti, ni de tú juicio. ¬No alcanzó a haber juicio Ranku, cuando conocí La Cima y a sus moradores, supe que era lo que yo quería para mi familia, así que mientras estaban las investigaciones escapamos de la Capital, en una carreta de arroz ocultos, pero con el poco dinero que teníamos logramos llegar a La Cima y me permitieron trabajar aquí aunque alejado de los libros.
¬ ¿Y no lo extrañas?, ¬ya no, los primeros meses fue difícil, pero mis hijos heredaron el Don y están a punto de ser admitidos en El Recinto. Y a ti Ranku ¿Cómo va tu vida, Aya? ¬Ella murió, ya hace 18 meses  ¬Cómo lo siento, Aya era muy querida por nosotros,  ¬ por eso estoy aquí, nunca la hubiera dejado sola tanto tiempo, imagínate me tarde seis meses en llegar, ¬Si, supe de tus peripecias, del intento de robo, de hoy. ¬Ya se supo todo, preguntó extrañado Ranku,  ¬Casi todo y por supuesto con sus exageraciones, pero cuéntame tu viaje. ¿Por qué tardo tanto? ¬Creo que me seguían, me robaron, me asaltaron y me libre de morir por un pelo de cabra, pero pude conservar El Libro y creo que me quedaré algunos meses a estudiar y a escribir en la lengua común.
Después de un silencio, común entre los de la Provincia Oriental, Sanan se dirigió a Ranku. ¬ Nadie debe saber que estamos aquí. ¬ ¿La Domini sabe cómo saliste? ¬Sí, ella no dirá nada, ¬Entonces nada temas, hay miles de leguas, para que alguien se tome la molestia de hacerlo. ¬Eso espero, pero eso no quita el placer de tu visita, espero poder hablar contigo algunas veces. ¬Yo  te mandaré llamar y así sabrás que puedes venir y que estoy solo. Sunan se levantó tomo las dos manos de Ranku y le hizo una caravana corta, gracias Ranku, nos volveremos a ver. 
Ranku, sintió el cansancio de 6 meses de viaje y privaciones, el banquete de hoy, solo fue un grano de arena en una playa, pero él sabía, que cuando regresara, estaría repuesto, viviendo en este paraíso, aunque lo del intento de robo lo tenía inquieto, en cuanto puso la cabeza en las sabanas y almohada blancas, se durmió en un sueño sin sueños.   
Cuando Sunan llegó a su casa, la plática era sobre la llegada de Ranku, el intento de robo, las atenciones de la Domini, el libro y Sun. Él les contó su día y su plática con Ranku, y de la muerte de Aya. Meditaron  juntos unos minutos y las angustias disminuyeron y al poco rato las risas volvieron a entrar a su casa.
La mañana llegó con un cielo rosado y los trinos de los pájaros en su ventana.
Ranku se levantó con una sonrisa y paz en su alma, hacía tanto que no se sentía así, quizá desde que su esposa todavía vivía, no lo había aceptado por completo, aún sentía ese rencor en una esquinita de su corazón, culpaba a los dioses por su muerte, ¿Por qué no lo habían escogido a él? Y lo supo por fin, ¿qué haría ella si el no estuviera ahí? Sin Sunan, sin  su amiga Lawan. ¿Quién habría llevado el libro?, ¿Cuántos más tendrían que morir o huir, por ese libro? Sabía que Sunan solo había sido un señuelo, ¿cuántos más lo habrían sido? Solo él sabía cuál era el verdadero y su valor. Pero él no decidía quién lo llevaba y quién no.
Se enfiló hacia los baños, le extraño que Rul lo volviera a recibir, quiso preguntarle cuantas horas al día estaba ahí, pero no lo hizo, recibió su toalla con una sonrisa y una caravana, la cual Rul respondió. Solo se lavó como lo hacía en los riachuelos que encontraba en el camino, la diferencia era la temperatura del agua y el jabón, se puso su túnica azul y se dirigió al comedor.
Elda lo recibió con una sonrisa y una caravana a su estilo y el correspondió a ambas cosas, ¬esta vez tendré el placer de desayunar con usted Maestro, ¬Qué bueno, así sabré lo que debo comer. Ambos rieron y se dirigieron a la única mesa que estaba ocupada, solo 5 personas estaban en la mesa larga como un camino, todos se levantaron al llegar ellos a la mesa, sonrieron e hicieron una caravana. Cuando se sentaron  Ranku se acercó al oído de Elda y le preguntó ¬ ¿Siempre nos tendremos que levantar cuándo alguien llegue? Elda sonrió y le dijo¬ Por supuesto que no Maestro, es una deferencia a su rango, ¬ ¿Y cuál es mi rango? ¬ Es como si la Domini se sentara en esta mesa, todos se levantarían. ¬Pero yo no estoy ni cerca de ser un Rector o Domini, ¬Quizá no en su patria, pero aquí sabemos quién es usted y lo que ha hecho. Eso le da su rango en La Cima. ¬Nunca supe que tenía rango, ni aquí, ni en Las Provincias Orientales y mucho menos en el camino.
El desayuno tenía una mecánica diferente, había 2 fuentes, una con frutas, verduras, miel y hogazas de varios tipos de pan. Y otra con pescado crudo y cocido, arroz salvaje, judías, salchichas blancas y huevos cocidos. Y cada quién se servía lo que quería.
Ranku estaba feliz, dijo ¬Voy a salir como un Gordo sonriente. ¬Cualquiera que hubiera visto su aspecto al llegar sabría que necesitaría más de 6 meses para engordarlo. Dijo Elda. Los dos rieron con ganas, que hasta los pocos que desayunaban voltearon a verlos.
Salieron del comedor, y Elda lo llevo a conocer el complejo, le enseño el jardín de la meditación, con flores y plantas que solo había visto en los libros, ahí volvió a suspirar por su esposa Aya, Luego pasaron tan cerca Del Recinto  que vieron el gran lente y las lonas que protegían la entrada de los rayos del sol, se elevaban como si fuera una nave española en la mitad del mar verde, que era el césped que abundaba por todo el complejo, Elda le explicó lo que era y le dijo, ¬Solo la Domini puede mostrarle “El Recinto”, dijo con pena. ¬No te preocupes todo a su tiempo, pero se acercaron a “La Espera”, con sus lonas color naranja ¬ Aquí es donde los libros esperaban para ser catalogados en “Biblos” o en “El Recinto”. ¬ ¿Y si no es una pregunta indiscreta, cuántos libros hay aquí? ¬ Si lo supiera se lo diría Maestro, pero solo sé que en este lugar, son más de cien mil y siguen aumentando, aquí se limpian, desinfectan, curan, componen y evalúan,  se determina cuál es su lugar, si va al Recinto a Biblos o se recicla. Mire por aquí se va a Biblos, también se veía como una nave en alta mar pero con las velas verdes. ¬Maestro, no le puedo mostrar mucho más del Recinto, pero si puedo mostrarle el pueblo de  La Cima. ¿Qué dice? ¬ Me parece excelente, ¿Por dónde salimos? ¬ Por la puerta trasera, está atrás del Recinto.
Cuatro soldados resguardaban la puerta, que permanecía cerrada con una gran tranca del tamaño de un árbol, per había una puerta más chica dentro de ella que permanecía abierta desde el amanecer hasta el ocaso. Por allí pasaron sin problemas, todos conocían y querían a Elda y los rumores de la presencia y conocimientos de Ranku, ya habían permeado entre los guardias y media ciudad.

                                                   

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