LOS ESCRITORES DE LIBROS.
Prólogo y Capítulo I
Prólogo
Esta historia trata de Ranku en su
madurez, como un Maestro reconocido, si estás leyendo La Saga de Ranku, sabrás
muchas cosas del futuro de Ranku joven, si no quieres adelantarte, sigue La
Saga que nos lleva de la mano a conocer la vida de Ranku niño a Ranku adulto.
Esta
Epopeya inicia en el año 575 D.G.G. Después de la Gran Guerra.
Una Guerra que
causo la desaparición de la mayoría de
los países del mundo. Por supuesto los causantes fueron los
intereses económicos de las llamadas
superpotencias, que fueron las primeras en desaparecer del mapa; y la
tierra donde habitaban, aún está en fase
Naranja de radioactividad, es decir se puede viajar por sus terrenos, ríos
y mares pero nada crece ni vive aún ahí,
ni los cálculos más pesimistas pensaron en la duración tan larga de la
Radioactividad. Y algo que muy poca
gente sabía es que el EPM (Impulso Electromagnético) iba a afectar a las líneas ferroviarias y eléctricas, que se
convirtieron en conductores de la destrucción. Todo aparato eléctrico o
electrónico quedó frito, aún a más de 100 kilómetros de las vías o de las torres de electricidad.
Se lanzaron un
millón de veces más Megatones, que en la
primera bomba en Hiroshima Japón en 1945. Más de seis mil millones de seres
humanos murieron ese día. Y la mitad del
resto murió en el lapso de 6 meses.
Durante más de 31
años la penumbra fue un diario amanecer para humanos y animales. Los que sobrevivieron, consumieron lo que
había en las tiendas, mercados y depósitos abandonados, nada se produjo y los
pocos animales que sobrevivieron fueron cazados o murieron de hambre, muy pocos
quedaron y de muy pocas especies.
Siete
zonas que no recibieron impactos directos o nubes radioactivas estacionarias,
mantuvieron la vida en el planeta, en condiciones infrahumanas, el conocimiento
sobre muchas cosas se perdió, las armas, las máquinas, la tecnología
electrónica, la cultura, las artes, la educación, desapareció. Las ciudades
fueron abandonadas.
En el año 31 DGG* 11,000 días después,
llegó el primer amanecer, para muchos seres humanos, animales y plantas. La
mayoría no conocía el sol. Pero ese día se disiparon las nubes.
Poco a poco encontraron que si la unión
entre ellos mejoraba. Las posibilidades
de sobrevivir aumentaban primero construyeron aldeas, que se volvieron pueblos, pueblos que se convirtieron en ciudades.
Las máquinas y armas los más radicales destruyeron y los más sensatos los
libros acumularon.
La
lucha duro centurias, hasta que el mundo encontró su equilibrio, los libros se
mantuvieron, se catalogaron, se restauraron, la educación inicio de nuevo, con
un enfoque distinto, donde importaba más el bien común, que la riqueza de unos
cuantos.
La
lección se había aprendido y con ese bienestar apareció “El Don”. La habilidad
que tenían algunos para recopilar las historias perdidas en los años, en los
siglos y aún en los milenios. Esto permitió a la humanidad acceder a un
bienestar social y personal más auténtico, que el que existió en él pasado, basado en la tecnología y el consumismo.
El Don también se
presentó de diferentes maneras, Meditación Trascendental, Profecía,
Telequinesis, Escritura Automática y otras más difíciles de detectar
Pero en este año
que señalamos, la situación está por cambiar, si los anquilosados Tiranos de
Oriente logran, sus planes completar, sobre las provincias que viven en paz.
Solo siete Provincias
prevalecieron: Las Zelandesas,
Las Orientales, Las Africanas, Las Arábigas, Las
Americanas del Centro y las del Sur y La Cima.
CAPÍTULO I
Ranku
Sobre
un escritorio inclinado muy sencillo,
que solo constaba de una tabla grande inclinada sobre una base de 2
tablas unidas por un travesaño y un tintero con cálamos de diferentes tamaños,
se veía a una mujer menuda, joven aún sin arrugas visibles, pero con el cabello
completamente blanco, vestida con una túnica muy sencilla, blanca por completo,
haciendo juego con su pelo, solamente una banda azul en su brazo indicaba su
rango y que con mucha gracia escribía
sobre una hoja de pergamino de excelente calidad.
De hecho la elaboración de hojas de pergamino
estaba muy avanzada, y había una gran factoría encargada de hacer miles de
estas hojas y sus tapas más gruesas, con las que se formaban los libros. Hechas
con las mejores maderas y talladas bellamente.
Caminando
con pasos cortos y veloces, llego Elda, una agraciada jovencita, baja y delgada
pero rubia y hermosa, con una túnica blanca también, pero con una banda
amarilla en el brazo, que indicaba que era escritora del recinto, hizo una
reverencia con la cabeza y dijo:
¬Domini, ya estoy de vuelta.
¬Elda, que gusto para mis
ojos verte de nuevo en este recinto.
¬Ya era hora Domini, las
vacaciones no son para mí, cientos de historias acudieron a mi mente y aunque trate de anotarlas, desgraciadamente algunas se perderán.
¬Es imposible para ti y para otros con el Don, no perder historias a lo largo
de los años, lo importante es hacer tu lista de lo que va llegando a tu mente y
luego, tratar de evocarlas en el recinto
y empezar a escribir, hasta agotarla y seguir con otra, tratando de no morir en el intento.
¬Lo sé Domini, pero no deja de ser
desalentador.
Pero cambiando de tema, es urgente aprobar la última remesa de pergaminos, que envió la factoría. Está en la carreta y a las puertas, ¿Quién está revisando en este periodo?
Pero cambiando de tema, es urgente aprobar la última remesa de pergaminos, que envió la factoría. Está en la carreta y a las puertas, ¿Quién está revisando en este periodo?
¬Por favor dile a Zuli que él lo revise
personalmente, es quién mejor lo hace, se va a molestar, pero dile que yo te lo
pedí.
¬En seguida Elda hizo una leve caravana que
fue correspondida, salió del despacho de la Domini, saludó a los guardias y
empezó a caminar dentro del recinto bajando niveles en una espiral que parecía
interminable, con libreros curvos adaptados a la espiral central y externa, de casi cuatro
metros de altura, después de casi 500
metros de camino, donde no había un espacio donde poner un libro más, con una
luz mortecina pegada a la pared y parpadeando estaba Zuli, un hombre de color,
de raza Zulú alto y con la cabeza rasurada y banda verde en el brazo, que
indicaba que era Superintendente, estaba curando un libro.
¬Superintendente Zuli, no es malo para tu
vista trabajar en este nivel, mientras no arreglen las luces.
¬Se volteó con un deje leve de enojo, que
cambió en cuanto vio a Elda.
¬Elda, que gusto, pero hay una razón para
estar trabajando, este es un libro muy controversial, y es mejor no mostrarlo a
los novicios, ni a otros ojos indiscretos.
¬Disculpe Superintendente. ¬ Olvídate,
aquí abajo y en casa de los títulos, solo Zuli para ti.
¬Zuli, la Domini me ha pedido que acudas a
revisar el último pedido de pergamino, que está llegando, ¬ ¿Dijo, Porque yo?,
¬Porque eres el mejor, según supe hubo
problemas la vez pasada ¬ Sí, llegaron unos pergaminos contaminados y solo
porque estaba yo en la puerta y olí el moho que empezaba a formarse en un
paquete, no entraron al recinto. ¬ ¿Lo
ves?, por eso quiere que lo revises tú.
Dejo el libro en reparación cubierto por
una tela, tomo por los hombros a Elda donde se veía su banda amarilla y le
dijo, ¬Acompáñame, tú me vas a suceder pronto en esta labor, Elda se sonrió y
camino con pasos cortitos pero rápidos, para caminar al paso que a Zuli le
gustaba llevar.
Mientras en la puerta inmensa del frente, de dos hojas hechas de roble, que
resguardaban la aldea. Colocada estrategicamente entre 2 muros de piedra natural
que rodeaban la población hasta los Riscos, que funcionaban como murallas
protectoras. Un hombre de tipo oriental con algo que semejaba un sombrero
cónico amarrado en la barbilla y un saco burdo colgado en la espalda, tocaba la
puerta con su bastón y esperaba respuesta, después de varios toques, alguien se
asomó por una atalaya.
¬ ¿Asunto?, pregunto, un soldado con casco
de hierro y una gran pica en la mano, Con
tipo de soldado inglés del siglo XIII ¬Buenos y mejores sean sus días, dijo
el oriental al soldado, Vengo a ver la Gran Librería. ¬ ¿Cuál librería?, aquí
no vendemos libros. ¬Perdón pero mi hablar en lengua común es limitado. Por
favor anuncie a la Domini que Wu Tan me envía, yo soy Ranku.
¬Espere
ahí, veré quién lo puede atender, Las visitas a nuestra Domini están muy
restringidas. Le agradecería si me dejara pasar, pues unos ladrones me vienen
persiguiendo. Ranku hizo una reverencia
y se sentó en el suelo con las piernas cruzadas. Aun así se notaba la fuerza de
sus miembros y su torso, su rostro mostraba al mismo tiempo amabilidad y una
resolución a toda prueba. El soldado mandó a alguien y le abrió una puerta
pequeña disimulada en la roca, pasó a Ranku y la cerró tras de él, al poco rato
salieron unos 10 soldados armados y montados a caballo. ¬ ¿Dónde los vio
preguntó uno de ellos? ¬ Cerca de la
posada, uno de ellos es oriental como yo y traen ballestas. Los soldados salieron de La Cima a toda
velocidad.
Al poco rato llego
Ashi, una Superintendente dedicada al
protocolo y se dirigió a Ranku: ¬Maestro Ranku, es un honor tenerlo en
La Cima, el Doctor Wu Tan nos escribió respecto a su llegada y su objetivo,
pero pase le mostraré sus aposentos, soy Ashi, ¬Espero que no sean muy lujosos.
¬ No se preocupe, le decimos aposentos,
pero es un cuarto muy sencillo. ¬Será suficiente, gracias. Dijo con una
caravana sencilla con la cabeza.
Ashi luciendo su banda verde, le mostró el
camino a su cuarto mientras le decía lo que iban observando esos son los
establos, junto los cuarteles, por aquí vamos a las habitaciones, al fin llegaron a el cuarto, era un lugar con todas las paredes pintadas en
blanco, con una gran ventana que daba a un jardín espectacular, con una chimenea, que se encontraba apagada siempre en esta época
del año, aunque el cuarto solo tenía una cama impecablemente tendida, y también
un buró, un escritorio con papel tinta y varios cálamos, un pequeño ropero, en
el cuál le mostró cobijas y almohadas, ¬Solo en caso de que las necesite, ¬ No
lo creo dijo Ranku con una sonrisa, ¬el clima es muy benigno en esta época del
año, ¬ los baños están en este pasillo y
la comida se sirve al oír la campanada. ¬Le agradezco mucho sus atenciones,
¿Cuándo cree que me podrá recibir La Domini?
¬Probablemente se presente con usted en la comida, para conocerlo y
agendar una reunión formal.
Al
irse Ashi, Ranku desenvolvió su pequeño petate, que solo contaba con un
envoltorio que tenía un viejo libro, una túnica limpia color azul, unas
chanclas limpias de piel, plumas, tinta, papel, un poco de yesca, una pequeña
navaja, un pedernal, 2 manzanas y unas nueces que quedaron de su última comida,
las colocó en un plato que estaba en su mesita de noche, busco velas o algo parecido y
solo encontró una media esfera del tamaño de su puño y pegada a la pared, puso
la mano encima para tocarla y una luz parpadeó, quitó la mano y el brillo se
fue, intento frotándola y la luz fue aumentando y cuando la dejó de frotar, la
luz permaneció encendida en un color ambarino casi amarillo.
Se
llevó la túnica azul, las chanclas y se dirigió a los baños, había señales que
lo guiaban, aunque no hablaba con perfección la lengua común, escribía y leía
perfectamente, se encaminó al baño de los hombres, cuando llego a la puerta
sintió la oleada de calor, lo que le trajo una sonrisa.
Llevaba 4 meses sin agua caliente, entró y vio
los letreros encima de cada piscina, agua caliente, agua tibia, agua fría,
había varias personas en las piscinas de los extremos, por lo que se decidió
por el agua tibia, algunos voltearon a verlo y comentaron entre sí, no sabía si
se podía bañar desnudo o que era lo adecuado, cuando se le acercó un joven de
unos 16 años en túnica amarilla y con una toalla en los brazos y sin ninguna
cinta distintiva, se dirigió a él: ¬Maestro Ranku: soy Rul, me mandaron a orientarlo, Ranku hizo una pequeña reverencia y suspiró, ¬que gusto conocerte Rul y en el
momento más oportuno, ¬¿Si quiere bañarse con jabón? Lo hacemos en las tinas de
atrás, hay una lista para usted, después podrá venir y relajarse a las piscinas
y le recomiendo usar la fría al final.
Se
recostó un rato en la tina humeante, disfrutando como cada poro absorbía el
calor y sentía como le escocían las ampollas, recorriendo mentalmente como
había cruzado medio mundo para llegar ahí, y como se sentía la paz, con solo
cruzar la puerta de La Cima, la mitad de sus angustias se acabaron.
Desde
que salió de la Provincia Oriental, [Lo que habían sido Tailandia, Malasia,
Indonesia, Myamar y todos los pequeños países de alrededor, cuya capital era
Timor ], había tomado 6 barcos, montado a caballo 1,100 leguas y quién sabe
cuántas más a pie, se había extraviado, lo habían asaltado y gracias a su
dominio de las artes marciales e imaginación había llegado sano y salvo y con
el libro intacto, sin una moneda, pero
El Libro a salvo, la mitad del viaje lo había completado.
Se
froto con jabón y estropajos más de 5 veces y no quería desaparecer la mugre
acumulada de seis meses de viaje. Una vez que se sintió limpio, se puso la
toalla alrededor de la cintura y se encaminó a las piscinas, y al pasar por un
espejo no sé reconoció se había avejentado como 10 años y había adelgazado
otros tantos kilos, cuando Rul se acercó
para darle otra toalla, notó los moretones y heridas que había acumulado,
¬Maestro Ranku, ¿Qué le pasó, porque tiene tantas heridas? ¬Son las marcas de
las leguas que he recorrido Rul.¬ No se vaya a meter al agua caliente, ahora le
perjudicaría en vez de beneficiarlo, de haberlo sabido, lo hubiera llevado a
las Casas de Sanación, ahí también tienen tinas y le hubieran recomendado la
adecuada¬ No te preocupes, me meteré al agua fría y me vestiré, ¬No importa, le
mandaremos a una Sanadora después de la comida. ¬ No será necesario, gracias de
todas formas, Ranku se enfrió, se vistió y cuando caminaba por los jardines
sonó la campanada que anunciaba la hora de la comida y se dirigió al comedor,
ahí lo recibió Elda una mujer menuda, pero hermosa, con el pelo rubio y
enchinado, la piel tostada y los ojos verdes, emanaba paz, ¬Hola Maestro Ranku,
vengo a nombre de la Domini, le explicó cómo funcionaba el comedor. ¬Usted no
tiene que levantarse, cada cocinero pasa con lo que preparó ese día y se espera
a que lo pruebe y le dé su opinión. ¬ ¿Y
si no me gusta o esta fría la comida, lo debo ofender con mis comentarios? ¬No,
no es una ofensa, es una ayuda para que haga mejor su trabajo, como saben que
usted está aquí, algunos se atrevieron a cocinar algo de su Provincia. ¬No era
necesario tomarse tantas molestias con un poco de fruta y vegetales hubiera
bastado. ¬Maestro Ranku, sabemos del tiempo que le tomó llegar aquí, los
correos que avisaban su salida y estimado de llegada, llegaron hace 5 meses, no
imaginamos las peripecias y carencias de su viaje, una comida caliente será la
mejor forma de compensar las penurias de su viaje, aquí nadie lo juzgara,
incluso si come hasta reventar.
Una
sonrisa dibujo el rostro de Ranku y agradeció a Elda por sus atenciones, ella
lo acompañaría hasta que llegara la
Domini, mientras esperaban que llegaba
la comida, platicaron cosas intrascendentes, ya que él no podía hablar del libro
ni de algunos pasajes de su viaje y Elda no podía revelar nada de La Cima sin
autorización.
¬Maestro Ranku
dijo la Domini haciendo una breve reverencia, es un verdadero placer y alivio
tenerlo al fin aquí, me contaron de sus heridas y del tiempo que tomó su viaje,
ha de haber sido un verdadero viacrucis. Ranku se paró y dijo: ¬Todo ha valido
la pena, con solo ver la paz que reina en La Cima. Dijo Ranku con una pequeña
caravana. ¬ Una paz muy cara, pero todo
sea por los libros, la fuente de todo el saber. Ranku hizo una caravana
sencilla y tomó ambas manos de la Domini ¬Eso hizo que no me diera por vencido,
en todo el mundo se sabe lo que han hecho aquí.
Aquí los
libros importan y el saber se acumula,
en un ambiente de paz. ¬Si, dijo la Domine en voz baja, pero mientras más se
sepa más peligro corremos, Ranku asintió
con la cabeza. Elda se disculpó y se fue a otra mesa.
Les
llego primero una sopa de apio que el propio cocinero con su cinta morada en el
brazo les sirvió, La Domini le dijo, ¬Aegeo esta exquisita como siempre,
¬Concuerdo dijo Ranku, A Aegeo se le pintó una sonrisa, hizo una caravana y
paso a la siguiente mesa. ¬Que sistema tan original y propositivo para servir,
dijo Ranku. El que se califique nuestro trabajo diariamente, nos hace mejorar
día a día. Contestó ella ¬Y los que se lo toman a mal, dijo Ranku.¬ Esos se van
solos a otras actividades fuera del recinto, es un requisito saber aceptar la
crítica y querer mejorar a diario. En cuanto terminaron la sopa les llegó una
ensalada de vegetales con frutas y miel, Ranku la probó primero, asintió con la
cabeza y después dijo¬ No tengo palabras, es un concierto de sabor para el
paladar, ¬Concuerdo dijo la Domini, te luciste Baro la combinación fue exacta,
¬Gracias Domini, Maestro Ranku, hizo una caravana.
Llegó
un cocinero con rasgos orientales y les
traía langostinos al curry, Ranku volteó y cuando vio la cara del cocinero le
brillaron los ojos, ¬ ¡Sunan! Gritó y
se levantó a abrazarlo, ¬Te dábamos por muerto. Sunan sonrió y haciendo
equilibrios con la charola le dijo: ¬Pasaré más tarde por sus habitaciones
Maestro Ranku. La Domini que observaba el encuentro, dijo ¬ Sun, ahora si
superaste todo lo que habías hecho, esto es un deleite a la vista y al paladar.
¬Pruébelas Maestro Ranku. ¬Por supuesto
Domini, me deje llevar por las emociones, Ranku probó los langostinos
tomándolos con las manos y escurriendo la salsa por las comisuras de los
labios. ¬Un placer absoluto, te felicito Sunan, te veré más tarde.
Una
vez terminados de comer incluyendo un soberbio postre de almendras y chocolate,
La Domini se dirigió a Ranku. ¬Maestro, hay algo en que pueda ayudarlo, además
del propósito de su visita, ¬Si Domine, hay algo necesito dejar en un lugar
seguro, el libro que traje, antes de que lo discutamos, espero que me conceda el
favor de hacerlo, lo más pronto posible, ¬Claro Maestro Ranku enviaré a Elda a
recogerlo.
¬ Disculpe Domine, no es que desconfíe de Elda,
ella es encantadora pero quisiera entregárselo personalmente a usted, ¬No hay
problema, tengo todavía 10 minutos libres y lo acompañaré a sus habitaciones a
recogerlo. ¬Se lo agradezco mucho Domini, así como el baño, la comida y la
compañía.
Se levantaron y después de agradecer al
personal de la cocina por la mejor comida de su vida. Ranku y la Domini fueron
hacia las habitaciones de este. El golpe fue tremendo, cuando vieron el cuarto
totalmente deshecho, el colchón de paja rasgado, el ropero y demás muebles
rotos, Ambos se quedaron callados por un instante y la Domini preguntó¬ ¿Y el
Libro? ¬No se preocupe Domine, tomar precauciones, nunca de más. Y empujo lo
que quedaba del ropero y con su pequeña navaja escarbó hasta aflojar la
baldosa, la levantó y sacó el envoltorio con el libro adentro. ¬ Maestro
Ranku, ¿Qué lo ha hecho sospechar? ¬la experiencia Domini, ¿Quién recorrería
medio mundo para traer un libro que no sea de gran valor?¬ Pero aquí sabemos
que todos los libros son preciosos. ¬Y sin embargo hay muchos de ellos
restringidos a la gente común. Todo lo prohibido es deseable Domini.
¬Como
dice Maestro Ranku, no está de más tomar precauciones, mando a llamar a
Zuli, qué llegó con 2 soldados de
escolta, la Domine habló aparte con él y le entregó el envoltorio, Zuli se despidió con mil
disculpas por lo sucedido, que Ranku agradeció, mientras la Domine dio
instrucciones para que le dieran otra habitación, mucho mejor y con llave que
ella misma le entregó. Él se la colgó al cuello y se despidieron, haciendo una
cita para el siguiente día, después de la comida.
Un
poco más tarde se oyeron en la puerta unos leves toques, Ranku se levantó del escritorio, donde
escribía una carta para Wu Tan el Rector de la
Gran Biblioteca de la Provincia Oriental, le puso varias hojas encima y
abrió con resquemor la puerta. ¬Maestro Ranku, ¿está usted bien preguntó Sunan?
¬ ¡Sunan que bueno que pudiste venir!, pasa siéntate, le colocó la silla frente
a la cama y Ranku se sentó, ¬Cuéntame, ¿por qué desapareciste?
¬Te
voy a pedir que sea nuestro secreto Ranku, dijo Sunan más en confianza, no salí
muy bien de allá. ¬Por supuesto, no te preocupes, veo que dominas muy bien la
lengua común, ¬Mis hijos se han empeñado en que así sea, ¬Dime, que pasó, ¿por qué saliste así; y tu familia?¬ La familia
está aquí conmigo y la verdad son muy felices, mi esposa trabaja en la Factoría
de pergamino y mis hijos están estudiando para incorporarse al Recinto. Ya era
imposible estar allá, sabía que me matarían a mí y a mi familia, tarde o
temprano, te lo juro Ranku yo no robé ese libro. ¬ ¿De qué libro me hablas?
¬Cuando salí de La Provincia Oriental, traía el encargo de traer un libro a La
Cima y a unas 100 leguas de aquí nos
asaltaron a Fo Wang y a mí, llegué acá solo y sin el libro, por supuesto que no
cumplí ninguno de mis cometidos, y en Las Provincias fui acusado de la muerte
de Fo Wang y del robo del libro, ¬ ¿Y por qué llegaron a esa conclusión? ¬
Porque los soldados me encontraron unas cuantas monedas de oro encima, que me
había dado la Domini para mi regreso. ¬Nosotros nunca supimos de ti, ni de tú
juicio. ¬No alcanzó a haber juicio Ranku, cuando conocí La Cima y a sus
moradores, supe que era lo que yo quería para mi familia, así que mientras
estaban las investigaciones escapamos de la Capital, en una carreta de arroz
ocultos, pero con el poco dinero que teníamos logramos llegar a La Cima y me
permitieron trabajar aquí aunque alejado de los libros.
¬
¿Y no lo extrañas?, ¬ya no, los primeros meses fue difícil, pero mis hijos
heredaron el Don y están a punto de
ser admitidos en El Recinto. Y a ti Ranku ¿Cómo va tu vida, Aya? ¬Ella murió,
ya hace 18 meses ¬Cómo lo siento, Aya
era muy querida por nosotros, ¬ por eso
estoy aquí, nunca la hubiera dejado sola tanto tiempo, imagínate me tarde seis
meses en llegar, ¬Si, supe de tus peripecias, del intento de robo, de hoy. ¬Ya
se supo todo, preguntó extrañado Ranku,
¬Casi todo y por supuesto con sus exageraciones, pero cuéntame tu viaje.
¿Por qué tardo tanto? ¬Creo que me seguían, me robaron, me asaltaron y me libre
de morir por un pelo de cabra, pero pude conservar El Libro y creo que me quedaré algunos meses a estudiar y a
escribir en la lengua común.
Después
de un silencio, común entre los de la Provincia Oriental, Sanan se dirigió a
Ranku. ¬ Nadie debe saber que estamos aquí. ¬ ¿La Domini sabe cómo saliste?
¬Sí, ella no dirá nada, ¬Entonces nada temas, hay miles de leguas, para que
alguien se tome la molestia de hacerlo. ¬Eso espero, pero eso no quita el
placer de tu visita, espero poder hablar contigo algunas veces. ¬Yo te mandaré llamar y así sabrás que puedes
venir y que estoy solo. Sunan se levantó tomo las dos manos de Ranku y le hizo
una caravana corta, gracias Ranku, nos volveremos a ver.
Ranku,
sintió el cansancio de 6 meses de viaje y privaciones, el banquete de hoy, solo
fue un grano de arena en una playa, pero él sabía, que cuando regresara,
estaría repuesto, viviendo en este paraíso, aunque lo del intento de robo lo
tenía inquieto, en cuanto puso la cabeza en las sabanas y almohada blancas, se
durmió en un sueño sin sueños.
Cuando
Sunan llegó a su casa, la plática era sobre la llegada de Ranku, el intento de
robo, las atenciones de la Domini, el libro y Sun. Él les contó su día y su
plática con Ranku, y de la muerte de Aya. Meditaron juntos unos minutos y las angustias
disminuyeron y al poco rato las risas volvieron a entrar a su casa.
La
mañana llegó con un cielo rosado y los trinos de los pájaros en su ventana.
Ranku
se levantó con una sonrisa y paz en su alma, hacía tanto que no se sentía así,
quizá desde que su esposa todavía vivía, no lo había aceptado por completo, aún
sentía ese rencor en una esquinita de su corazón, culpaba a los dioses por su
muerte, ¿Por qué no lo habían escogido a él? Y lo supo por fin, ¿qué haría ella
si el no estuviera ahí? Sin Sunan, sin
su amiga Lawan. ¿Quién habría llevado el libro?, ¿Cuántos más tendrían
que morir o huir, por ese libro? Sabía que Sunan solo había sido un señuelo,
¿cuántos más lo habrían sido? Solo él sabía cuál era el verdadero y su valor.
Pero él no decidía quién lo llevaba y quién no.
Se
enfiló hacia los baños, le extraño que Rul lo volviera a recibir, quiso
preguntarle cuantas horas al día estaba ahí, pero no lo hizo, recibió su toalla
con una sonrisa y una caravana, la cual Rul respondió. Solo se lavó como lo
hacía en los riachuelos que encontraba en el camino, la diferencia era la
temperatura del agua y el jabón, se puso su túnica azul y se dirigió al
comedor.
Elda
lo recibió con una sonrisa y una caravana a su estilo y el correspondió a ambas
cosas, ¬esta vez tendré el placer de desayunar con usted Maestro, ¬Qué bueno,
así sabré lo que debo comer. Ambos rieron y se dirigieron a la única mesa que
estaba ocupada, solo 5 personas estaban en la mesa larga como un camino, todos
se levantaron al llegar ellos a la mesa, sonrieron e hicieron una caravana.
Cuando se sentaron Ranku se acercó al
oído de Elda y le preguntó ¬ ¿Siempre nos tendremos que levantar cuándo alguien
llegue? Elda sonrió y le dijo¬ Por supuesto que no Maestro, es una deferencia a
su rango, ¬ ¿Y cuál es mi rango? ¬ Es como si la Domini se sentara en esta
mesa, todos se levantarían. ¬Pero yo no estoy ni cerca de ser un Rector o
Domini, ¬Quizá no en su patria, pero aquí sabemos quién es usted y lo que ha
hecho. Eso le da su rango en La Cima. ¬Nunca supe que tenía rango, ni aquí, ni
en Las Provincias Orientales y mucho menos en el camino.
El
desayuno tenía una mecánica diferente, había 2 fuentes, una con frutas,
verduras, miel y hogazas de varios tipos de pan. Y otra con pescado crudo y
cocido, arroz salvaje, judías, salchichas blancas y huevos cocidos. Y cada
quién se servía lo que quería.
Ranku
estaba feliz, dijo ¬Voy a salir como un Gordo sonriente. ¬Cualquiera que
hubiera visto su aspecto al llegar sabría que necesitaría más de 6 meses para
engordarlo. Dijo Elda. Los dos rieron con ganas, que hasta los pocos que
desayunaban voltearon a verlos.
Salieron
del comedor, y Elda lo llevo a conocer el complejo, le enseño el jardín de la
meditación, con flores y plantas que solo había visto en los libros, ahí volvió
a suspirar por su esposa Aya, Luego pasaron tan cerca Del Recinto que vieron el gran lente y las lonas que
protegían la entrada de los rayos del sol, se elevaban como si fuera una nave
española en la mitad del mar verde, que era el césped que abundaba por todo el
complejo, Elda le explicó lo que era y le dijo, ¬Solo la Domini puede mostrarle
“El Recinto”, dijo con pena. ¬No te preocupes todo a su tiempo, pero se
acercaron a “La Espera”, con sus lonas color naranja ¬ Aquí es donde los libros
esperaban para ser catalogados en “Biblos” o en “El Recinto”. ¬ ¿Y si no es una
pregunta indiscreta, cuántos libros hay aquí? ¬ Si lo supiera se lo diría
Maestro, pero solo sé que en este lugar, son más de cien mil y siguen
aumentando, aquí se limpian, desinfectan, curan, componen y evalúan, se determina cuál es su lugar, si va al
Recinto a Biblos o se recicla. Mire por aquí se va a Biblos, también se veía
como una nave en alta mar pero con las velas verdes. ¬Maestro, no le puedo
mostrar mucho más del Recinto, pero si puedo mostrarle el pueblo de La Cima. ¿Qué dice? ¬ Me parece excelente,
¿Por dónde salimos? ¬ Por la puerta trasera, está atrás del Recinto.
Cuatro
soldados resguardaban la puerta, que permanecía cerrada con una gran tranca del
tamaño de un árbol, per había una puerta más chica dentro de ella que
permanecía abierta desde el amanecer hasta el ocaso. Por allí pasaron sin
problemas, todos conocían y querían a Elda y los rumores de la presencia y
conocimientos de Ranku, ya habían permeado entre los guardias y media ciudad.
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